jueves, 23 de febrero de 2017

La procesión del Corpus y la calle del Cid


 Branguli. 1925 a 1930. Procesión del Corpus a su paso por el Portal de Santa Madrona. Saliendo de la calle Montserrat y dirigiéndose a la calle Mediodía cuya esquina aparece en el extremo inferior a la izquierda. En la fachada de casas se ve el anuncio del Red Lion y el balcón engalanado con damasco probablemente pertenezca a  un prostíbulo.
 
 

En 1925, y tras cincuenta años de no celebrarse, la procesión del Corpus organizada por la parroquia de San José y Santa Mónica de nuevo recorrió las calles del barrio chino. Aún tratándose de un barrio modesto fue sonada y rumbosa la procesión y lo mismo sucedió en los años siguientes hasta la llegada de la República. No sé si casa mucho la calificación de rumbosa con una procesión, pero mirando la fotografía que abre el post y leyendo la relación de participantes y protectores, así me lo parece; no cabe duda de que era una procesión pomposa y magnífica que es una de las acepciones del termino rumboso. Competía y no desfavorablemente con las que tenían lugar en Gracia, en la Barceloneta y la que salía de la Catedral.

 
 
                              Sagarra. Primera mitad de los años treinta. Iglesia de San José y Santa Mónica en la Rambla de Santa Mónica.
 
 
 
 
Branguli. 1936. La iglesia con la techumbre caída tras su incendio por los milicianos en julio de 1936.  A nuestra derecha, se aprecia la estrechez de la calle Santa Mónica.
 
 
 

En 1927, la primera bandera estuvo apadrinada por los señores de Güell y la segunda por el marqués de Dos Aguas y la señorita Güell. Llevó el pendón el marqués de Dos Aguas y los cordones el marqués de Vilallonga y el señor Torrents i Font, concejal de Barcelona.

Antes de dar comienzo la procesión, se celebraba una misa de comunión para la asociación de portantes del palio, se bendecía la bandera de la asociación y se celebraba una segunda misa general con la intervención de un orador de campanillas buscado para la ocasión.
 
 
                                     La Vanguardia - 18 de junio 1927. Relación de actividades y participantes de alcurnia en la procesión de 1927.
 
 
Por la tarde, y acompañados por una banda de música, la procesión recorría la casi totalidad de las calles del barrio chino en un trayecto laberintico que permitía que ninguna de sus calles quedase sin la gracia de presenciar la ceremonia. Digo todas, pero es un todas por redondeo. Había alguna calle que quedaba excluida. Estaba la calle de Santa Mónica, pero era poco más que un callejón estrecho donde seguramente hubiesen tenido problemas los portantes del palio para atravesarla. sobre todo para vencer el angulo recto que hacía con la calle Montserrat. Quizá entonces era una calle aún más estrecha que ahora. Cuando se derriban los restos que quedan de la iglesia de San José y Santa Mónica tras su incendio en julio de 1936, se recorta parte del solar de la iglesia y la que ahora se levanta ocupa menos de la mitad del espacio que tuvo hasta 1936.

Y hay otra calle y sus aledañas donde no penetra la procesión. La calle del Cid y las tres calles que terminan en ella: Berenguer el Viejo, Mina y Perecamps. Mirando un plano no aparecen obstaculos a la marcha de la procesión que expliquen la exclusión de estas calles. Se puede pasar por cualquiera de las tres, entrar en Cid, y salir por otra de las calles. Solo caben dos posibilidades para entender que el recorrido las ignore. O bien pertenecen a otra parroquia y no toca que los habitantes de esas calles reciban los beneficios del paso de la procesión ¿pero entonces, a qué parroquia? O bien no se quiere pasar por ellas para no quedar contaminada la procesión por el paso de una calle tan señaladamente pagana en los asuntos sexuales. Hay un dato -aparte del hecho de que no parece que haya otra parroquia compitiendo con la de Santa Mónica por la posesión espiritual de los habitantes de estas calles- que apunta en la linea de la inquietud por entrar en la calle del Cid. En la reseña de la procesión de La Vanguardia de 1927, se indica que el año anterior no se registró el menor incidente. Es decir, los organizadores habían planteado la posibilidad de que ello sucediese.

 

                                                   Plano de la zona de un mapa de 1933. En rojo, las calles que recorre la procesión.
 
 
 
 
Burlas obscenas, alguien que desde un balcón hace un calvo, un travestido enseñando sus poderes a los portantes, una prostituta que muestra la mercancia... ¡a saber como hubiese reaccionado la señorita Güell! ¡¡¡y en que brete se hubiese encontrado alguno de los aristócratas para disimular ante el guiño de complicidad de cualquiera de los asiduos de la calle!!!. Claro es que el resto de calles del recorrido no pueden ser excluidas de la posibilidad de que se diesen ciertas conductas, pero la concentración en la calle del Cid aumentaría el riesgo y pudo dar miedo. Por no mencionar el arco voltaico que recibiría y bajo el que pasarían las imágenes religiosas: entre La Criolla y el Sacristan.
 
   Gabriel Casas i Galobardes. Se me hace difícil pensar en una procesión religiosa, no de las Carolinas, pasando por la calle  Perecamps y entrando en la calle del Cid bajo los anuncios del Sacristan y de La Criolla.


A expensas de mejor información, no descarto la posibilidad que apunto.

 


2 comentarios:

  1. Que interesante, Jose, la doble moral creo yo,como siempre y con la iglesia hemos topado, que pasa ahora con el descubrimiento de siete planetas similares a la tierra:

    http://www.lavanguardia.com/ciencia/20170223/42246048431/descubrimiento-exoplanetas-nasa-sistema-solar.html


    L@s señoritos, no querían mezclarse con los "margina@s";igual que ahora nada ha cambiado, cuantos sin techo malviven en rincones, cajeros desde hace años, yo los veo y algunos son amigos y les ayudo todo hay que decirlo, no los ignoro porque me dan mucha pena, con los fríos que han hecho.
    Por otro lado, veo que colocan a mucha gente de fuera, con viviendas más o menos dignas, y les dan protección, a mi de pequeña me enseñaron que la caridad, comienza por un@ mismo, y a los de aquí, los tienen abandonados a su suerte, en fin la misma hipocresía de antes, aquí lo que quieren es hacerse los buenos y la foto y figurar, si no es por los voluntarios, que acompañas a personas mayores, discapacitados etc, que sería de ell@s, soy voluntaria y se de lo que hablo.

    No te doy más la tabarra, un abrazo y muchas gracias por tus post que son una maravilla.

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    1. Toda la razón, amiga mía. En todo. Es que tienen más encanto los de fuera que los que viven aquí, con nosotros, desde que nacieron. Unos están lejos y no llega el olor, los de aquí huelen, se han vomitado encima, no se puede presumir de la ayuda que les proporcionas. Un abrazo, querida Mª Trinidad.

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