lunes, 23 de mayo de 2016

El Barrio Chino y la insurrección anarquista de enero de 1933.



                                                 La campana de Gracia. Número de 14 de enero de 1933. 



Las revueltas obreras en Barcelona tuvieron su epicentro en el Distrito V (ahora Distrito I, por otro nombre Raval)  ya desde sus inicios, allá en los finales del siglo XIX si descartamos los disturbios por las selfactinas.  Desde las calles del Olmo, Cadena, Riereta, San Pablo irradiaron al resto de Barcelona los estallidos de rabia del proletariado, y fue sobre todo en éstas que he nombrado  y en el resto de calles del distrito donde se levantaron en mayor número las barricadas que intentaron frenar a las fuerzas de la guardia civil y el ejército. 

Con la dictadura primorriverista, la efervescencia social fue pasando a la periferia de la ciudad y aún más lejos. Pueblo Nuevo, Sants, Hospitalet, Terrassa fueron los nuevos núcleos que alimentaron las rebeliones.

La insurrección anarquista de enero de 1933 volvió a situar al distrito V, y en particular al barrio chino, en el centro de la insurrección.  En esta ocasión, y atendiendo al carácter de la intentona,  el barrio chino  se limitó a proporcionar el marco urbano de la revuelta.   Y es que se trató de un pulso –un episodio de “gimnasia revolucionaria” como lo llamó Garcia Oliver, uno de sus instigadores- entre anarquistas y fuerzas del orden más que una revuelta popular y masiva.  


                                   Fotografías de las fichas policiales de Garcia Oliver (arriba), Durruti (centro) y Francisco Ascaso (abajo).

La insurrección que tenía que darse en el contexto de una huelga general revolucionaria en toda España iniciada como apoyo al sindicato de ferroviarios, transformó sus objetivos en una acción más modesta al negar su apoyo  la mayoría de trabajadores de los ferrocarriles tras considerar que no se daban las condiciones para conseguir los objetivos previstos, un aumento de salarios del sindicato convocante como programa mínimo.  

Garcia Oliver convenció a los grupos de acción de la CNT de  aprovechar el impulso que había causado la convocatoria de huelga general para asaltar los cuarteles del ejército, repartir las armas que se consiguiesen y que prendiesen las barriadas obreras  la llama de la revolución. 

La acción se convocó para el domingo 8 de enero. La mayoría de soldados de los cuarteles estaría de permiso y sería factible neutralizar los retenes que quedasen de servicio.   El resultado fue muy inferior a las expectativas creadas entre los anarquistas.  Las fuerzas del orden estaban sobre aviso y la intentona se saldó con varios muertos y unas cuantas decenas de heridos por ambos bandos.    

Atendiendo a los objetivos del blog, paso a relacionar aquellos acontecimientos que tuvieron lugar en el barrio chino durante la insurrección. Mis fuentes son aquellos medios de comunicación de la época  que he conseguido encontrar donde se mencionan los incidentes (La Vanguardia, ABC, El Diluvio, La Rambla, Heraldo de Madrid, El Sol, La Libertad, Solidaridad Obrera, La Veu de Catalunya. Revistas: Crónica,  Estampa, L’Esquella de la Torratxa, La Campana de Gracia).

Cabe apuntar que excepto Solidaridad Obrera,  la totalidad de medios de comunicación muestra en sus crónicas y editoriales una actitud crítica con la intentona, llegando varios de ellos a denunciar una supuesta connivencia entre la FAI y grupos de extrema derecha  que habrían sido los que al entender de dichos medios habrían financiado la operación.    



CRÓNICA DE LA JORNADA EN EL BARRIO CHINO

Domingo 8 de enero. La policía había encontrado un depósito de armas en la calle Mallorca y otro en Sants.  Sabía por sus soplones que se pretendía asaltar el cuartel de Atarazanas y reforzó con unidades de la guardia de asalto el perímetro del cuartel.

                                            Revista Estampa. Depósito de armas de la calle Mallorca. 



En Barcelona,  la acción revolucionaria dio su pistoletazo de salida (creo que dado lo que sucedió  a continuación  no resulta forzado  hablar de pistoletazo)  a las 19:30 cuando los guardias de asalto pararon un taxi a la altura de la Plaza del Teatro ocupado por tres personas que llevaban varias bombas y una pistola.  Las declaraciones de una de esas tres personas en comisaria, dará pie a que todos los medios informen de que en el interior de La Criolla se habían reunido 800 anarquistas armados con la finalidad de atacar el cuartel

Pocos minutos más tarde, desde las ventanas de un edificio en la entrada al Arco del Teatro  e inmediatamente desde varios edificios de dicha calle, se hostigó con disparos a la fuerza pública. 
Buscando a quienes les tiroteaban, los guardias de seguridad encontraron dos bombas en el rellano del piso principal del número 5 de la calle Montserrat.

Simultáneamente o pocos minutos más tarde, en el mercado de la Boquería hubo un intercambio de disparos entre anarquistas y fuerzas de seguridad.  Los anarquistas huyeron perseguidos por la policía entrando en Conde del Asalto. A la altura del Eden Concert  se produjo un especial intercambio de disparos, cayendo herido un guardia de seguridad (José MInguez) y resultando muerta una persona que al parecer  no tenía nada que ver con la revuelta y que se encontró entre dos fuegos (Francisco de Haro, 35 años).

Debió de ser en ese preciso momento, cuando otro guardia de seguridad  que se dirigía a su domicilio topó con la refriega frente al Eden Concert y  se unió a la acción contra los anarquistas. Cayó herido en el cruce con la calle Guardia y al parecer fue rematado estando en el suelo (José Messeguer Pérez.)
Desde los balcones del Sindicato de la Industria Hotelera,  Cafetera y Anexos de Barcelona, conocido como  sindicato de camareros, ajeno a la CNT.  situado  en el mismo edificio que la Sociedad de Atracción de Forasteros se abrió fuego contra la fuerza pública que estaba en las Ramblas.  La guardia de asalto disparó desde el interior del edificio resultando muerto uno de los que atacaban. Al entrar en la sede del sindicato, no encontraron a las 40 o 50 personas que suponían que se habían refugiado en la misma,   por lo que la policía entiende que  a través de los terrados el grupo de insurrectos pasó  a Arco del Teatro y a Lancaster.

                                  Revista Crónica. Guardias de asalto frente a la entrada del edificio donde se encuentra el Sindicato de la Industria                                                            Hotelera. 


                       Revista Crónica. El periodista confunde el nombre del sindicato y lo llama Sindicato de la Alimentación. Se trata del Sindicato de la                                  Industria Hotelera, Cafetera y Anexos de Barcelona.



En la calle Mediodia se registra un tiroteo intenso, resultando herido el guardia de seguridad Eustaquio Sanquis Dorado de 45 años (heridas en pierna izquierda y espalda).  Hay dos paisanos heridos en dicho episodio, uno por una herida de bala en el tórax y otro, Manuel Insua, fogonero, con fractura de ambas extremidades superiores.

El asalto al cuartel de Atarazanas, conocido de antemano por las autoridades  que  situó a un numeroso destacamento de guardias de asalto en el perímetro del cuartel, se saldó por un vivísimo intercambio de disparos entre un grupo de anarquistas y los guardias de asalto. Los anarquistas huyeron  por el muelle y las callejuelas del barrio chino.

En una de estas, murió a consecuencia de los disparos un hombre a la altura del Lion d’Or. Desconozco si se trata de la misma persona que sufrió un disparo en el abdomen mientras se encontraba en el interior del Lion d’Or. Tal y como lo cuenta El Diluvio,   los agentes del orden entraron  en el Lion d’Or, a rebosar de personas que se habían refugiado en el recinto,  y procedieron a identificar a todos los que se encontraban en el local. Uno de los clientes,  al ser requerido para que mostrase su documentación, pidió a su vez que el guarda de seguridad le enseñase la suya, a lo que el agente le mostró la placa.  El herido volvió a pedir al guardia que se identificase, momento en el cual e involuntariamente se le disparó el arma al guarda hiriendo al civil en el abdomen.
En el Excelsior, los guardias de seguridad impidieron ganar la calle a los clientes, más que por temor a que estos recibieran un disparo de los que se cruzaban entre revoltosos y policía, por impedir que entre los clientes se camuflaran revoltosos .


Poco más dio de si el episodio de “gimnasia revolucionaria” en el barrio chino. Garcia Oliver, el instigador principal de la acción de Barcelona, fue detenido durante la mañana del día 8 en el interior de un taxi en la barriada de Sants,  él y sus compañeros de taxi llevaban varias bombas y pistolas. Cuenta Garcia Oliver en sus memorias que recibió tal paliza que le dejaron por moribundo. 

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