jueves, 25 de febrero de 2016

Las elecciones alemanas de marzo de 1933 en Barcelona

El 5 de marzo de 1933 se celebraron elecciones al parlamento alemán. Ya no hubo nuevas elecciones en Alemania hasta 1949. Ni siquiera estas últimas de 1933 fueron unas elecciones democráticas. Hitler era canciller desde enero y a finales de febrero se había detenido a varios miles de miembros del partido comunista por su supuesta implicación en el incendio del Reichstag y suprimido varios órganos de prensa contrarios a Hitler. 

En esa fecha, el número de alemanes que viven en Barcelona se calcula en varios miles.  A los comerciantes e industriales afincados en Barcelona, hay que sumar un grupo numeroso de alemanes itinerantes, vagabundos en busca de mejores oportunidades de trabajo,  judíos preocupados por el crecimiento del partido nacional socialista, obreros ocasionales. 
El libro de Dieter Nelles et alii Antifascistas alemanes en Barcelona (1933-1939) cifra en unas 7.000 personas el número de alemanes residentes en Barcelona    a comienzos de los años treinta;  de ellos, unos 2.000 judíos. 

Convocadas las elecciones de 5 de marzo, se creó un  comité pro-votación entre los miembros de la colonia alemana que solicitó del gobierno de Hitler la autorización para constituir un colegio electoral en Barcelona. Autorización que les fue concedida por el gobierno alemán e igualmente por el gobierno español con la salvedad de que las votaciones se celebraran fuera de las aguas jurisdiccionales españolas.

A tal fin, se desvió al puerto de Barcelona   un barco de bandera alemana, el Halle, que hacía la ruta Batavia-Hamburgo y se encontraba cerca de  la ciudad.

                                                                    El vapor Halle. Branguli

El domingo 5 de marzo, los alemanes residentes que decidieron tomar parte en las elecciones se dirigieron al puerto donde embarcaron en el Halle que hizo dos viajes  fuera de aguas  territoriales españolas para poder recoger al conjunto de los presentados. 

Los votantes fueron 777 y el escrutinio dio el siguiente resultado:

Nacional-socialistas: 508
Social-demócratas: 28
Comunistas: 19
Zentrum: 37
DNVP: 137
DVP: 31
Otros: 13
Votos invalidados: 4

Los nazis en Barcelona obtuvieron el 66% de los votos, muy por encima del porcentaje que sacó el partido de Hitler en el conjunto de Alemania,  un 44%.

¿había más nazis entre los alemanes de Barcelona que en la propia Alemania?.  El escritor Bartrina en una serie sobre los nazis en Barcelona que publicó el periódico La Publicidad en agosto de 1933, explica alguno de los factores que explican la abultada votación en favor del partido nacional socialista. 
El comité pro-votación  fue una iniciativa de los elementos del partido nazi en Barcelona que informaron a los afines que se podría participar en las elecciones;  en un colectivo tan disperso como el de una colonia extranjera en Barcelona, cabe suponer que muchos, en particular los contrarios a Hitler, se quedaron sin votar por desconocimiento. Por otro lado, el viaje  en el  Halle costaba 10 pta, una cantidad  respetable que  operaba impidiendo la participación de los sectores populares como obreros temporales o vagabundos, excepto cuando   eran afines a la ideología del comité en favor de la votación puesto que a éstos se les financió la entrada.


Las fotografías son de Branguli y Casas i Galobardes, salvo las del AFB  de Perez de Rozas.  Del día de las elecciones en el vapor Halle. 

                                              En el puerto, esperando embarcar en el Halle. 













lunes, 22 de febrero de 2016

Los colilleros



                                         Branguli. 1935-38. Colilleros en una calle del Distrito V (ahora Distrito I). ANC




Los colilleros fueron  artesanos de una industria  con  una existencia vigorosa durante decenios. 

Ya desde finales del siglo XIX, la prensa menciona la presencia en las calles de unas personas  que se dedican  a recoger las  colillas del suelo  para confeccionar  nuevas labores con el tabaco aún no consumido. Tabaco que una vez reciclado venderán por las calles y los bares.




                                                     L'Esquella de la Torratxa. nº 1789. Recogiendo la materia prima. 




Un artículo del periódico El Diluvio  de 4 de noviembre de 1890, relaciona todas las fases del proceso de elaboración de los nuevos cigarrillos. 


                                                                     El Diluvio - 4 de noviembre de 1890.


Un procedimiento largo y complicado y que tengo la impresión de que con el tiempo se simplificó, sobre todo para el tabaco de cigarrillos. Se debió de eliminar la fase de fermentación y el procedimiento resumido consistió en expurgar,  secar,  picar en el caso de los puros y confeccionar nuevos cigarrillos. 
Es posible que en ello, si como parece desapareció la fase de fermentación, influyese la presión a la que los artesanos de la industria del tabaco usado eran sometidos  por la policía municipal. Los municipales respondían ante unos concejales preocupados por la higiene  que a lo mejor también eran sensibles a las presiones de los estanqueros.  

Sin la necesidad de locales para la fermentación y  una vez conseguida la materia prima, solo se necesitaban unas manos hábiles y unas piernas fuertes para poner tierra por medio si aparecía la policía.  Así  se les ve en las fotografías,  apoyados en la pared de cualquier edificio,   con una caja donde se encuentran las colillas no tratadas, un cedazo para expurgar y otra caja en donde colocar las labores ya confeccionadas. Elementos que se podían recoger en un momento si se oía la voz de agua que precedía  la llegada de la policía.

No nos olvidemos del aspecto numérico. Papitu nos explica que por termino medio, con siete colillas se consigue producir un nuevo cigarrillo. 


                                                                   Revista Estampa. 8 de abril de 1933.


                                                             Revista Nuevo Mundo. 22 de diciembre de 1933. 

                                                                              El Diluvio - 30 de abril de 1936



Una noticia de El Diluvio de abril de 1936, al tiempo que daba cuenta de la decadencia de esta actividad,  relacionaba las distintas marcas que fabricaban y vendían los colilleros: BesameNoches del Paralelo, Tardes de bar, Bajo el ala del gorrión, Aromas del puerto, Velas de falucho. Demasiado lirismo en las marcas para una actividad que consistía en secar el tabaco húmedo de las puntas de cigarrillo que se tiraban al suelo. Más me parece un apunte sarcástico del gacetillero. 


Por lo general,  las labores las compraban los bares  del distrito V y se podían conseguir directamente en la desembocadura de Arco del Teatro con Paralelo, el enclave preferido por los colilleros para elaborar sus productos.

Una actividad que aunque muy modesta se supone plácida, a lo sumo  dos personas que disputan por una colilla en el suelo, también tuvo ocasión de entrar en la crónica de sucesos,  lo que  nos permite rescatar del olvido el nombre de varios colilleros.

Sucedió el 30 de julio de 1933 en la calle Arco del Teatro y lo cuenta Ahora, un periódico de Madrid.
Un colillero de 30 años del que se conoce el nombre, José Guasch Coloma, y su domicilio, Arco del Teatro 12, sin que conozcamos las causas del hecho disparó con una pistola automática a un grupo de compañeros del oficio causando heridas de bala a cinco de ellos:

-Félix Rodríguez Ruíz,  herida en muslo izquierdo, de pronóstico grave.
-María Capdepadrós, herida en talón izquierdo, de pronóstico reservado.
-Vicente Ferrer Polis, 48 años, casado, herida en región tibial, pronostico grave.
-José Gonzalez Pascual, 9 años, rozadura por bala en muslo derecho, pronóstico leve.
-Eleuterio Marco Martínez, 25 años,  rozadura por bala en ambos muslos, pronóstico leve.


                                                                              Ahora. 30 de julio de 1933

La guerra supuso un problema para el abastecimiento a la población de cigarrillos y puros. Circunstancia que permitió que la industria del colillero se mantuviera y aún tomara nuevo vuelo. Hay un reportaje de la revista Ultima Hora de octubre de 1937  donde el periodista sigue a unos muchachos de corta edad que han estado recogiendo colillas del suelo del café Español hasta el lugar donde reciclan las puntas de cigarrillo, las escaleras de la calle San Bertrán.

En ese periodo, del que da fe el articulo de Ultima Hora,  no se elaboran nuevos cigarrillos con el tabaco expurgado, y  el tabaco de "segunda boca" se vende a granel en la calle Arco del Teatro.  Esos niños vaciando las puntas de cigarrillo y desechando el papel de tabaco quemado son el primer escalafón de una industria más pujante que nunca.  Tras la selección y limpieza,  cambian el tabaco por unas monedas a los vendedores de Arco del Teatro.  El número de estos es grande y ocupa las dos aceras de la calle hasta las Cuatro Esquinas. El tabaco se vende al mismo precio y aún más caro que el del estanco en donde se termina enseguida y obliga a que el fumador tenga que recurrir a este mercado. Como en cualquier industria, hay el vendedor al menudeo y hay quien actua como un tiburón de los negocios, comprando  toda la producción del vendedor desesperado por conseguir algún dinero. Por las tardes, Arco del Teatro se llena de trabajadores del puerto en busca del tabaco de segunda mano para echarse un pitillo.

                                                            Ultima Hora. 13 de octubre de 1937.
Tras la guerra continua  la industria de las puntas de cigarrillo,  tal como recoge un artículo de Destino de 1950. 

                                                                           Destino - 4 de febrero de 1950. 

miércoles, 17 de febrero de 2016

Los funerales de Hans Beimler. Barcelona, diciembre de 1936.

                                                         Hans Beimler. Fot: Josep María Sagarra. 



Los funerales  de Durruti en noviembre de 1936 fueron la ocasión para que la CNT hiciese una importante demostración de fuerza en Barcelona. Quizá más de medio millón de personas rindieron homenaje en la calle al líder anarquista.

A las pocas semanas del sepelio de Durruti, les llegaría la oportunidad a los comunistas, y también por medio de un funeral, de enseñar músculo en Barcelona. La oportunidad la brindó la muerte de Hans Beimler.

Hans Beimler había sido un diputado comunista en el Reichtag, encerrado por los nazis en el campo de concentración de Dachau de donde se evadió tras estrangular a un guardián y huir con el uniforme del carcelero. Llegó a Barcelona al poco de empezar la guerra y con otros comunistas alemanes formó un grupo, la centuria Thaelmann, de unos sesenta miembros que se incorporó a la columna 19 de Julio del PSUC que a finales de agosto partió hacia el frente de Aragón.

En octubre lo encontramos en Albacete en el campo de adiestramiento de las Brigadas Internacionales, y a la centuria Thaelmann reforzada por nuevos miembros e incorporada como batallón a la XII Brigada Internacional. Parten para reforzar la defensa de Madrid donde el batallón Thaelman es trasladado a la XI Brigada y entran en combate a mediados de noviembre.

Hans Beimler en aquel momento era el comisario político de la XI Brigada. El uno de diciembre en un episodio confuso, Hans Beimler es abatido de un disparo. Los disidentes comunistas siempre abonaron la especie de que la muerte de Beimler había sido una ejecución del NKVD por ciertos comentarios y reuniones del fallecido con miembros de otros partidos que lo habrían señalado como comunista sospechoso. Si el fallecimiento es confuso, las pruebas de que Beimler fue asesinado aún son más confusas.

Beimler muere el uno de diciembre y en Barcelona, el PSUC organiza un funeral el día 6 de diciembre. Un funeral donde sacarán a todos sus militantes y simpatizantes a la calle.

La capilla ardiente se instaló en el Casal Carlos Marx, nombre con el que se había bautizado el edificio del Círculo Ecuestre expropiado por el PSUC y que en aquellos años se encontraba en el número 38-40 del Paseo de Gracia, entre Consejo de Ciento y Diputación (en su lugar ahora se levanta el Hotel Mandarín Oriental).

Subo unas imágenes del Casal Carlos Marx unos meses más tarde del funeral. No las he encontrado de aquel día. Con todo, a pesar de la falta de relación con el suceso que me ocupa en esta entrada del blog,  me parecen muy interesantes.  Apenas hay, o al menos yo no las encuentro, fotografías del Casal Carlos Marx, sede del comité ejecutivo del PSUC durante la guerra.  Tomadas el  28 de febrero de 1937, aparece la fachada del edificio surcada con carteles del PSUC. Autor: Branguli. ANC.










 Desde ese lugar salió la comitiva fúnebre presidida por Ovseenko cónsul de la URSS, el menchevique que dirigió el asalto al Palacio de Invierno de Petrogrado. Ovseenko que dirigió la estrategia de los comunistas en los Fets de Maig que supuso la desaparición del POUM, fue destituido a los pocos meses de su cargo de cónsul y ya en Moscú, no tardaría en morir tras ser acusado, ironías de la vida, de trotskista.


                                                                    Capilla ardiente. Branguli 



                                                              Capilla ardiente. Branguli. 


 
A la derecha de Ovseenko, se coloca Joan Comorera, secretario general del PSUC y conseller de Serveis Publics del gobierno de la Generalitat, y a su izquierda el cenetista Porqueras, conseller de Economia. Más alejado de Ovseenko, en esa primera fila y a la derecha de Comorera, Artemi Aiguader de ERC y conceller de Seguretat Interior y Josep Calvet i Mora, de la Unió de Rabassaires y conceller de Agricultura. A la izquierda de Porqueras, Valdés del PSUC, conseller de Treball, en su condición de representante del Comité Central del PSUC. 

 

   Presidencia del cortejo fúnebre frente al Casal Carlos Marx (Círculo Ecuestre).  En primera linea de izquierda a derecha, excluyendo al señor con bastón que está en el extremo de la izquierda y que no sé quien es: Calvet i Mora, Argemi Aiguader, Comorera, Ovseenko, Porqueras y Valdés.  Fot: Branguli (esta foto y todas las siguientes son de Branguli excepto las de los miembros del cortejo en el Hotel Colón hablando en la radio que son de Josep Maria Sagarra).







Por delante de la presidencia del cortejo, una sección motorizada del ayuntamiento con banda municipal y seguidos por la centuria Carlos Marx. Tras ellos, el féretro con escolta de milicias de la Brigada Internacional y las banderas de todas las organizaciones.













Bajaron por el Paseo de Gracia, en aquellos años renombrado como Paseo de Pi i Margall, desembocaron en la Plaza de Cataluña y desfilaron frente al Hotel Colón, sede del PSUC, en cuyo momento, varios de los integrantes de la presidencia del cortejo entraron en el edificio para pronunciar unos discursos radiados, enfilaron las Ramblas pasando por delante del casal Lina Odena (nombre que se le dio al Palau Moja, convertido en sede de las juventudes del PSUC, tras la muerte de la dirigente de las juventudes) y al llegar a la sede del CADCI, se dio por despedido el duelo. El féretro fue conducido al cementerio de Montjuic. 

José Tomás. ERC. 


                                                          Max Gayer. Brigadas Internacionales.


Desconocida. 


Ovseenko


Valdés. PSUC


                                                             Porqueras. CNT



Durante todo el recorrido, la multitud fue coreando consignas entre las que destacaba Rot Front, Frente Rojo, la consigna del KPD, el Partido Comunista Alemán.

                                     Sello de la RDA en el  treinta aniversario de la muerte de Beimler (1966). 

miércoles, 10 de febrero de 2016

Los Gambrinus de Barcelona

Gambrinus es el nombre de un personaje mitológico de los Países Bajos que probablemente surge  en el folklore durante la Edad Media.  Siempre jovial y orondo, bebe cerveza y algunas leyendas lo  hacen el inventor de la misma.   Y así como Prometeo, el que trajo el fuego a los hombres, está prácticamente olvidado, clubs Gambrinus hay en todo el mundo, lo que muestra la distinta importancia que  la humanidad concede a  uno y otro héroe civilizador. Lo entiendo.

En Barcelona, Gambrinus ha dado nombre a varios locales en una historia que empieza hace más de 140 años en el barrio chino. ¿y que títulos reunía el barrio chino para que en él se aposentara el gordezuelo diosecillo?

Quizá que el barrio chino y las zonas aledañas,  siempre han tenido una buena relación con la cerveza. Y me refiero aquí  también a la instalación  de fábricas de cerveza.   Las dos fábricas de cerveza que existían en Barcelona en 1842 se encontraban ubicadas, una en la calle Escudillers  y la otra en la Rambla de Santa Mónica.

En 1849, continua habiendo en Barcelona dos fábricas de cerveza,  asimismo en el barrio chino, en Portal de Santa Madrona y Conde del Asalto.

En 1851 llega a Barcelona Luis Moritz Trautmann, maestro cervecero de Alsacia que encuentra a un socio capitalista, Ernest Ganivet, con el que en 1854 abre una fábrica de cerveza en la calle Arco de Cires. A los dos años, la necesidad de ampliar la producción los lleva a trasladar la fábrica a Portal de Santa Madrona y tres años más tarde, en 1859, compran la fábrica de cerveza vecina, que ya conocíamos de 1849.  El éxito de la empresa fue notable y obligó a construir una nueva fábrica en Ronda San Antonio esquina calle Casanovas. Era en 1864 y la fábrica se mantuvo en funcionamiento hasta los años sesenta del siglo pasado.




                       Fábrica Moritz. Años treinta. Autor desconocido. Fondo FECSA (ANC).






En 1857, las siete fábricas de cerveza que operan en Barcelona están en lo que hoy llamamos Raval. 

        Los orígenes y la implantación de la industria cervecera en España; siglo XVI-1913. Tesis doctoral de Xavier García Barber


Cerveza, barrio chino...   en 1871,  August Kuentzmann Damm, cervecero alsaciano,  tras la guerra franco-prusiana y la anexión por Prusia de la provincia de donde era natural,  decide cambiar de aires y trasladarse a Barcelona. 

Kuentzmann encuentra un socio capitalista, Camps, con el que abre una fábrica de cerveza en Sant Marti de Provençals y una cervecería llamada Gambrinus que se inaugura en 1872, donde se vendía la cerveza que producía la fábrica de Sant Marti de Provençals. 

Ese primer Gambrinus se instaló en el Portal de Santa Madrona. A los pocos años de existencia pasaría a la propiedad de Valentin Pons. Buen lugar el Portal de Santa Madrona para instalar una cervecería.  Por el Portal de Santa Madrona pasaba buena parte de los marineros  extranjeros que arribaban a Barcelona camino de los locales de sexo mercenario del barrio chino; amantes, muchos de esos marineros,  de la bebida que se suministraba en el lugar.

Conocemos el exterior del local  por una foto de autor desconocido de los años veinte/treinta del siglo XX.  

                                                     Gambrinus del Portal de Santa Madrona



Valentin Pons abre un nuevo establecimiento con el nombre de Gambrinus en 1881, en la Rambla de Santa Mónica. En lo que entonces era el número 29. Cervecería, restaurante de productos típicos alsacianos y con habitaciones para viajeros, es decir, hotel.

 Por una nota de La Vanguardia de 20 de julio de 1881 dando cuenta de la inauguración aquel mismo día del Gambrinus de la Rambla Santa Mónica, sabemos que entre otros artesanos, la carpintería del local  fue un trabajo de Francisco Coma, y  los pintores decorativos Saumell y Vilaró los autores de las diversas pinturas del nuevo local, aunque al parecer de La Vanguardia, las pinturas del techo eran de un colorido demasiado recargado. ¡Ay!, demasiado recargado. Y es que nunca llueve a gusto de todos (y que aún no existía en la prensa la publicidad en forma de noticia con lo que el reportero no tenía el menor reparo en dar su opinión sobre cualquier inauguración).


                                                     Gambrinus de la Rambla Santa Mónica. 




Siendo Alsacia una región a caballo entre Francia y Alemania, pronto se convirtieron ambos establecimientos  en lugar de encuentro de los extranjeros de una y otra nacionalidad que se encontraban en Barcelona. Incluyendo a los suizos cuya Sociedad Helvetia, con un tal Hans Gamper de socio,  ubicó su sede social entre 1900 y 1904  en el Gambrinus de la Rambla Santa Mónica. Los turistas alemanes de paso por nuestra ciudad recalan en el Gambrinus como señala la nota de La Vanguardia que incluyo: 


                                                         La Vanguardia. 25 de julio de 1896. 


Con frecuencia encontraremos noticias de uno u otro Gambrinus  en relación  con actividades de la colonia francesa (venta de entradas para financiar al comité de escuelas francesas gratuitas, conferencias de personajes variopintos franceses, etc)

                                                      La Publicidad. 8 de febrero de 1880



                                      
                                                         La Vanguardia. 1 de julio de 1903.


El 12 de mayo de 1885, La Vanguardia nos informa de que tras una importante reforma del local de la Rambla Santa Mónica, éste se ha convertido en fonda.

En fecha incierta, ambos locales  pasan a propiedad de Jaime Soler, pero no más tarde de 1887 puesto que aparece Soler en el Anuario Riera de aquel año como propietario de los locales. 


Jaime Soler que en 1881 administraba un balneario en Argentona y comercializaba el agua de los manantiales del mismo en su local de la calle Conde del Asalto 26,  compra otro balneario en Caldas de Malavella  y comercializa su agua carbónica  como Vichy Gambrinus que vende en sus locales de Barcelona.  



                                                      La Vanguardia. 21 de mayo de 1897.



Durante la Exposición Universal de 1888.  Jaime Soler  instala un kiosco de bebidas Gambrinus  en el paseo de la Exposición.


                                    Dibujo y crónica del kiosco en La Vanguardia de 31 de mayo de 1888.




En 1891,  Josep Ribas, cocinero y de algún modo relacionado con el Gambrinus de la Rambla Santa Mónica –quizá a través de Giró, del que sabemos que en 1893 era dueño del Gambrinus de la Rambla Santa Mónica y probablemente suegro de Josep Ribas- se hace cargo del restaurante del Hotel Gran Continental en la esquina de Plaza Cataluña con la Rambla, en el lugar que ahora ocupa un establecimiento de la empresa El Corte Inglés.  El restaurante se anuncia como única sucursal del Gambrinus. 

                                      Inauguración del Continental. La Vanguardia. 25 de diciembre de 1891. 



En la calle Aviño aparece en 1894 el “Petit Gambrinus”, especialidad en cerveza muniquesa y helados.  Lo rastreo en anuncios de prensa hasta agosto de 1895.

El Diluvio. 30 de junio de 1894.


Ya en 1908 aparece el Gambrinus de Portal de Santa Madrona con el nombre de Antigua  (o Antic) de Gambrinus.


Durante la primera década del siglo XX, el único local que conservará el nombre de Gambrinus es el Antic Gambrinus del Portal de Santa Madrona.


No sé en qué momento  abre las puertas el Gambrinus de la Rambla de las Flores, en el número 5 de la numeración del paseo que perduró hasta el cambio municipal de 1955. Al parecer, propiedad de un alemán,  ya funcionaba cuando Alemania invade Francia en 1914 y en el local se celebraban los triunfos del ejército tedesco.  Una crónica de Juan Cabané y Esteban Vilaró en la revista Destino, describe el local y su dueño del siguiente modo:







Sabemos por una reunión de la Junta Directiva de la Sociedad de Atracción de Forasteros en marzo de 1928, por la que se incorpora a la junta el dueño de los establecimientos Gambrinus, que el tal propietario se llamaba Gustav Ziller.  ¿se trata del aleman machucho, lento y ceremonioso de la crónica de Destino?  A saber. ¿y el plural de “establecimientos Gambrinus” hace referencia a que Ziller además de dueño, en el supuesto de que lo fuese, del local de la Rambla San José era a la vez dueño del Antic Gambrinus, o es que en los años veinte se abrieron más locales Gambrinus? Preguntas para las que de nuevo no tengo respuesta. 

Gambrinus de la Rambla San José. Josep Mª Sagarra. 1931, ANC


A partir de los años treinta, el Antic Gambrinus se anuncia como Dancing Gambrinus en lo que supongo una nueva orientación del negocio dedicado ya a ampliar su oferta al negocio de la carne mercenaria.  Ya solo aparece este Dancing Gambrinus en las crónicas de sucesos. En una noticia propia de una película de detectives de serie B,  se encuentra en las proximidades del ¿campo de Garcen?  un joven muerto con una pistola al lado y en uno de los bolsillos, una bolsa de azucarillo con la inscripción Dancing Gambrinus.


                                                          Esquella de la Torratxa. 1932



Llega la guerra y el Dancing Gambrinus continua sus actividades. Lo sabemos porque el 28 de abril de 1937 entra en el garito el miliciano José Farah Clara de la columna internacional con una borrachera considerable y portando un arma larga. Intentado que fue retirarle el arma y molestándose por ello el miliciano,  no encontró otro modo de expresar su desagrado por el trato que recibía que lanzar una granada que al explotar hirió a varios parroquianos.  O iba muy en pedo el miliciano o su natural era de una mala leche considerable.


Tras el incidente con Farah, el silencio. No volvemos a saber nada de ninguno de los Gambrinus hasta que en los años cincuenta o sesenta se abre el Gambrinus de la calle Guardia que se hizo famoso en Barcelona por volver a la tradición de los espectáculos de transformismo que hasta la llegada de la dictadura tuvieron  su lugar, y más de uno, en el barrio chino.  Como nuestras entradas tienen como limite temporal la postguerra, nos paramos aquí y solo mencionamos para execrarlo el escamarlan horrísono que es todo lo que queda del Gambrinus  del Moll de la Fusta.