domingo, 21 de junio de 2015

Sangre en Atarazanas de Francisco Madrid.

El barrio chino es uno de los protagonistas del relato de Francisco Madrid  que da nombre a su libro “Sangre en Atarazanas”  con una primera edición en 1926. 

El barrio chino como lugar donde se encuentran,  conocen,   esconden de la policía, preparan sus golpes,  reparan  sus fuerzas,   encuentran otro cuerpo  y al roce con la carne temblorosa y a la sensación cálida que produce el contacto lo llaman amor. Más que el ámbito que enmarca sus peripecias,   el barrio chino  es otro protagonista más que  marca al resto de ellos. Pongámosle cara a ese otro protagonista del relato.

Bueno, si, vale,  eso de que las calles son uno de los actores de un relato es un recurso muy manido y cursi que  en este caso se limita a poner unas fotos que acompañen el texto.  Así que quito la retórica anterior y lo dejo en lo que es, la ilustración del cuento de Francisco Madrid con unas imágenes del  barrio chino:


Sangre en Atarazanas: 


Dos pistoleros se acercan a Jaume Ros, un confidente de la policía que está parado, mirando un cartel en el Paralelo,  y le descerrajan varios tiros.  Ambos huyen por la calle San Beltrán y al bajar las escaleras que salvan el desnivel entre el Paralelo y San Beltrán, uno de ellos resbala y al caer se golpea con la reja de la fuente que se encuentra en medio de la escalinata.  

La calle que atraviesa la fotografía, por donde discurren carros a tracción animal y vehículos a motor es el Paralelo. En su centro adentrándose en el hondón del barrio chino  está la calle San Beltrán.  Casas i Galobardes. ANC. 


       Calle San Beltrán y la fuente.  Una fuente de dos grifos surtida con agua de Montcada.


La calle San Beltrán es una calle corta que va desde Paralelo a la calle del Olmo, y que a la mitad de su trayecto es atravesada por otra calle,  Santa Madrona. Ni  San Bertrán ni Santa Madrona han tenido nunca la menor importancia en la historia de Barcelona.  De la calle Beltrán conocemos las escaleras que permiten acceder al Paralelo,  y de la calle Santa Madrona que en el XIX existió en la misma una fábrica de indianas. Apenas suceden hechos luctuosos en ninguna de las dos, que es la manera de pasar a la historia de muchas de las callejuelas del chino, como parte de la crónica de sucesos. No hubo cabarets que  como en otros puntos del barrio atrajeran a las clases bienpensantes en busca de un reflejo del vicio. No hubo nada de todo ello. Tabernas de las que ni siquiera sabemos el nombre.  


Uno de los dos pistoleros corre por la calle San Beltrán  pegado al edificio de La Eléctrica Española que se encontraba a la izquierda de la calle entrando por el Paralelo.  Al llegar al cruce con la calle Santa Madrona entra en la taberna Las cuatro gotas.  




El edificio de La Eléctrica Española ocupaba toda la acera oeste de la calle entre Paralelo y la calle de Santa Madrona. En la imagen que sigue se aprecia la mayor parte de su fachada.



                                                             Casas i Galobardes. ANC.


Otra fotografía de la calle de San Beltran, esta vez mirando al Paralelo. Años cuarenta, ya sin fuente en las escaleras.


  
Ese primer pistolero, toma un coñac en la taberna y al salir recorre la calle Santa Madrona en dirección a Conde del Asalto donde es cacheado en un control de la policía.

 Esta foto de Branguli, aproximadamente de la misma fecha que la acción del relato, es del cruce entre Conde del Asalto, la acera de la derecha, y Santa Madrona, la acera de la izquierda.


Se salva del cacheo, la policía se desentiende de él, y  llegando a las Ramblas se sube a un autobús que lo lleva a la calle del Diamante en Gracia, donde en un piso tiene alquilada una habitación.  Al llegar a este punto, lo mismo que la policía hace Francisco Madrid y se olvida del pistolero.  Y con Madrid, nosotros.  Primer pistolero, puerta.

El segundo pistolero, que como el anterior desciende por las escaleras que dan a la calle San Beltrán, al llegar a la calle Santa Madrona tuerce a la derecha y  continua  hasta Arco del Teatro para pasar a la calle Berenguer el Viejo y de allí adentrarse en la calle del Cid.  Entra en el  patio trasero del bar La Mina y contrata un camastro en una de las dos casas de dormir del patio por sesenta céntimos. A partir de aquí también se desentiende Francisco Madrid del segundo pistolero. 

La flecha señala el punto donde la calle Santa Madrona desemboca en la calle del Cid. Se aprecia un edificio hundido en la esquina, y otro más en la acera de enfrente de la calle del Cid. Son las señales de los bombardeos franquistas en el barrio chino durante el año 1938. La fotografía es de la inmediata postguerra. El edificio del fondo de la calle corresponde al final de Cid ya en la calle Mediodía.

 En el patio trasero de La Mina se instaló un albergue municipal que dio servicio desde principios del siglo XX hasta  su supresión en 1924. Como las instalaciones se mantuvieron, se mantuvo el servicio de albergue pero  como casa de dormir gestionada por particulares.  Llegó a haber dos casas de dormir en el mismo lugar. Se podía acceder a las mismas tanto desde el bar La Mina en Arco del Teatro 63, como desde la entrada a la finca de la calle del Cid 12.

La sala de dormir del albergue municipal de la calle del Cid 12, al poco de inaugurarse en 1905. 




                                                                             Años veinte. 


Casa Jaime,  entrada por Cid. Una de las dos casas de dormir del patio trasero de La Mina. Casas i Galobardes. 


Margaret Michaelis. 1934. La entrada a la otra casa de dormir, Cal Ventura. 

Recorrido de ambos pistoleros. El camino que sigue el primero en trazo rojo y el segundo en trazo verde. Plano de 1933.  

jueves, 18 de junio de 2015

1934 – Recalan en Barcelona dos buques de la Marina de guerra nipona.

                                      Cadetes nipones posando en la estatua de Colón. 

El 15 de mayo de 1934, llegaron al puerto de Barcelona procedentes de Marsella  dos buques de guerra del Japón. En aquellos días,  von Ribbentrop  que aún no era ministro de exteriores alemán, negociaba en nombre de Hitler con  el embajador nipón en Alemania una alianza militar entre ambos países.

El Iwate y el Asama eran  dos cruceros acorazados construidos a finales de siglo en Gran Bretaña por encargo del Japón,  que habían participado en la guerra ruso-japonesa de 1905. Hacía años que  eran utilizados como cruceros para entrenamiento de cadetes navales.


                                           El Asama a la izquierda y a su lado el Iwate. Puerto de Barcelona.

Ambos continuaban en activo a la entrada del Japón en guerra.  El Iwate se hundió  en el puerto de Kure  en julio de 1945  al ser alcanzado por las bombas de la aviación de los EEUU. El Asama  fue hundido una vez terminada la guerra.

                                                        El Iwate en el puerto de Barcelona. 

                                                      Desembarco de la tripulación. 

       Desfile de la tripulación por la avenida 14 de abril, nombre de la Diagonal durante la Segunda                      República. Probablemente de camino hacia la calle Tokio 





En Barcelona y durante  los cuatro días que los buques permanecieron anclados en el puerto,  los cadetes y oficiales  fueron agasajados por las autoridades barcelonesas y militares.  Uno de los días, el programa de festejos incluyó la plantación de un árbol en la calle Tokio de Barcelona, en Pedralbes.  En las fotos parece que se trata de un brachychiton populneus que es un árbol australiano. A saber que llevó a la elección de esta especie arbórea.  En cuanto pueda me pasaré por la calle a ver si hay algún brachychiton.

                El embajador japonés durante el acto de plantación de un árbol en la calle Tokio. 



Hay una foto de los cadetes posando en la estatua de Colón. Es la que encabeza la entrada.  Tengo pocas dudas de que, al igual que con la marinería de todo el mundo que recalaba en Barcelona, las prostitutas del barrio chino también obsequiaron debidamente a los hijos del  sol naciente. Y que en su infinita sabiduría, se abstendrían de hacer comentarios siempre odiosos sobre longitudes y volúmenes.  


Manuel Ribé un alto funcionario del Ayuntamiento de Barcelona cuya actividad en el consistorio, bien como Jefe de Ceremonial, bien como Jefe de la Guardia Urbana,  atraviesa más de cincuenta años del siglo pasado y 32 alcaldes, en sus memorias dedica toda una página a la visita de los buques nipones. Por él sabemos que a los cadetes japoneses no les gustaba el vino y que durante los pocos días que estuvieron en Barcelona tuvieron una agenda social repleta de actos.

                                           Manuel Ribe - Memorias de un funcionario. Ediciones Marte, 1963.





El 19 de mayo los buques salieron del puerto camino de Malta.

Todas las fotografías son de Branguli y se encuentran en el Arxiu Nacional de Catalunya.  

lunes, 15 de junio de 2015

Nou de la Rambla/Conde del Asalto. Relación de algunos establecimientos entre las Ramblas y Arco de Cires durante las primeras décadas del siglo XX. Números impares.




1. Crédit Lyonnais. Haciendo esquina con la Rambla.




3. Palau Güell. Solo para mencionar que durante la guerra fue expropiado por la CNT que destinó el edificio a las distintas secciones del sindicato de  servicios públicos.






7.  Clínica del Dr. J de Llobet de garganta, naríz y oídos (1925). No sé si es el mismo local que tras la guerra aparece en el edificio dedicado a enfermedades venéreas: Clínica del Dr. Paituvi y con posterioridad, Clínica del Dr. Paituvi y Dr. Gispert.  

      Joyería de portal (1936).

      Casal Nacionalista Republica d'Esquerra  del Districte V (1934).  Hasta la llegada del franquismo, el barrio chino está trufado de sedes de partidos y asociaciones políticas, sindicatos, gremiales culturales. No se encuentran en el núcleo duro del chino, en las calles Mediodía, Cid, Cires, muy poco en Arco del Teatro, pero en el resto de calles y visto con ojos de barcelonés del siglo XXI, son multitud. Se reúnen, analizan, discuten, festejan, se enojan, preparan, conspiran. Una intensidad de vida asociativa inconcebible para nosotros.

Desde uno de los balcones del  número 16, una niña mira la calle. En la acera de enfrente se observa el rótulo que anuncia la Clínica Paituvi (Edito: la fotografía es posterior al final de la guerra, finales años cincuenta, principios de los sesenta y propiedad de Conchi López Caparros).




9. En uno de los pisos se encuentra la redacción y administración de la revista ¡Tarari! de espectáculos y deportes. Aderezada con algún desnudo de las chicas de conjunto de los cabarets de Barcelona (1930-1936).








Nou de la Rambla. Años treinta. Señalo tres de los establecimientos que aparecen en  la fotografía. De izquierda a derecha y en los números 11, 13 y 15:



 
- Celler Bohemi.  En la esquina con Lancaster.  Con entrada por el número 11 de Nou de la Rambla.  
Los  años treinta vieron el éxito de una nueva modalidad de espectáculo:  los “caus d’art”.  Los caus eran tabernas que tenían un estrado a disposición de  espontáneos con habilidades musicales que quisieran o se atreviesen a enfrentarse al público del local. Un anticuario asiduo a la taberna de Peret de la calle Robador,  el  primer y más reputado cau,  alquiló este local, que hasta la fecha había sido una tienda de embutidos con un local al fondo donde se bailaba flamenco,  y lo habilitó como cau d’art manteniendo la  tienda.   


A principios de los cuarenta, el local  cambió su nombre por el de Bodega Bohemia.  La fotografía que sigue es de una  interpretación de dos de los espontáneos con mejor acogida entre el público del  Celler  Bohemi: Mary Cel y Carreras. 





- La Fonda IBÉRICA DEL PADRE.  Una pensión modesta en el número 13. En la fotografía que cuelgo parece que el cartel que la anuncia la resume como Hotel Ibérica. En la fonda encontró su primer trabajo al llegar a Barcelona con quince años,  GARCIA OLIVER, el que fue miembro destacado de Los Solidarios el grupo de acción anarquista del que también formaban parte Durruti y Ascaso.  Fundador del Sindicato de Hostelería de la CNT, activista político y condimento de todas las salsas revolucionarias durante la década de los veinte y treinta, organizador de la columna Aguiluchos que desde Barcelona salió para Aragón para combatir a los militares sublevados y ministro de Justicia durante el gobierno de Largo Caballero.

En las memorias de Garcia Oliver, la fonda Ibérica del Padre aparece al menos en dos ocasiones. Comenta Garcia Oliver que en ella vivían muchos curas con pocos recursos de la Catedral, la iglesia del Pi y Santa María del Mar.



García Oliver pasó un tiempo como chico para todo en la Iberica del Padre.   De allí,  saltó al Hotel Jardí en la Plaza del Pi número 1 como camarero. 

Amén de los curas, en la pensión se alojaban dependientes del comercio, atraídos por el descuento que se les hacía en el alquiler de habitaciones.

Poco a poco, y eso habla bien o de la cocina del establecimiento o de sus precios, se fueron recogiéndo en sus instalaciones periodistas y literatos. Candido Costi de El Liberal y de Las Noticias, Font Torralba de La Reinaixença, Enric Badia que dibujaba en El Liberal. Se dice que Francesc Cambó, al ingresar en la Universidad de Barcelona, aún era el hijo de una familia de pequeños comerciantes, estuvo un tiempo alojado en la pensión.  

Cuenta la revista Mirador en 1932,  que los jesuitas editaban una publicación científica que se llamaba Ibérica. Los alumnos de los colegios jesuitas solían denominarla Iberica del Padre (haciendo un chiste con el Padre Rodés que era el factótum de la misma). La anécdota apuntala la idea de que la Fonda Ibérica tenía una clientela donde predominaba el clero.







 
- Gran Fonda de San Luís en el número 15. No sé nada de ella, pero por la sonoridad del nombre bien merece que se le haga un hueco en esta relación. 







17. Imprenta de Güell donde en 1910 se encontró una bomba que al ser trasladada estalló en la Rambla Santa Mónica matando a un transeúnte e hiriendo a varios más. Aquí: El carro blindado del ayuntamiento

En 1936 continuaba funcionando una imprenta en el mismo lugar, en ese año a nombre de Ricardo Marin.


      Profesor de baile Nadal. En el principal. El único, así se anunciaba en El Diluvio en 1902, que con tan solo dos lecciones enseña a bailar para salir de un compromiso y no quedar en ridículo. Esto es eficiencia.


                                                                     El Diluvio. 1 de febrero de 1902.





19.  José Valero, modisto de artistas de varietés (encuentro datos entre los años 1912-1926). En el  pral y en el 1º, 1ª. Se anuncia en El Eco Artístico que lo halaga de un modo escandaloso: El mejor modista de artistas, etc.  En 1936, en el principal aparece Trinidad Barceló, sastrería de teatro.

                                                                                      José Valero



                                                            Vestidos confeccionados en los talleres de José Valero.
                                                                                  


        - José Coregia Taborello,  anarquista, italiano, de profesión cestero, que en mayo de 1910 muere en Madrid al explotarle una bomba que llevaba consigo, al parecer para vengar la muerte de Mateo del Moral, en su día había informado a la policía, mientras solicitaba una documentación, que había vivido una temporada en una pensión de Conde del Asalto, 19.

                                                                Cadáver de Coregia en la casa de socorro del distrito centro de Madrid.





21. Restaurante Casa Romana.  En junio de 1921, a las puertas del restaurante, sufrieron  un atentado Fernando Pintado y Rosendo Jiménez,  director y  redactor del periódico La Tarde, resultando muerto el redactor.

Fernando Pintado tenía una larga trayectoria de denuncia en artículos y publicaciones de la connivencia entre el poder político, las fuerzas de orden público y los pistoleros que asesinaban a los miembros de la CNT.  En 1918, tras escribir Los misterios de Barcelona  donde revelaba las actividades del barón de Konig y su banda, tuvo que desaparecer de Barcelona y ocultarse en Madrid.  

Meses antes del atentado,  Fernando Pintado, el director, había pasado una temporada en la cárcel condenado por injuriar a la guardia civil en un escrito publicado en su periódico.  Eran los años en que  Martínez  Anido desde su cargo de gobernador civil de Barcelona favorecía una política de represión sangrienta contra el Sindicato Único y todos aquellos, incluyendo periodistas,  que se resistían a dejar en manos de la burguesía catalana el control absoluto de las condiciones de trabajo del obrero. 

No hubo dudas de que los autores del atentado eran pistoleros del Sindicato Libre. Al acudir al juzgado de guardia y dar los nombres de los pistoleros que les habían disparado, el juez le aconsejó que huyese inmediatamente de Barcelona,  lo que hizo Pintado aquella misma noche.



                                                                                           ABC, 29 de marzo de 1921.



                                                                              La Voz. 17 de junio de 1921




Al año del atentado, una nueva dirección  reinaguraba el Restaurante Casa Romana.



                                                                                  La Vanguardia. 15 de junio de 1922.




23. Jorge Venini, tarjetas postales (1936). Uno de los grandes artesanos de la tarjeta postal, injustamente olvidado.  No encuentro postales suyas de la calle donde tenía el laboratorio o la tienda, pero por  reivindicar su memoria, subo una hecha por él, la que encuentro,  del Hotel Colón. Con su doble traducción castellano/esperanto.






     - Dr. Paituvi Borrell, Saturnino. Medicina General (1936). ¿será el mismo  Paituvi que en la postguerra abre una clínica de enfermedades venéreas en el  número 7 de la calle?




     -Tostadero de Cafés Pernambuco  (1936). Es posible que los esgrafiados actuales en Conde del Asalto/Guardia, correspondan al tostadero.





                                     



Aunque el ANC  describe  la fotografía   como  situada en la esquina entre Nou de la Rambla y Santa Madrona, hay datos suficientes en la imagen para descartar  la ubicación que hace el ANC. El fotógrafo es  Branguli. Años veinte a treinta.


En la fachada del edificio a la izquierda hay  un establecimiento en cuyo rótulo central pone Alberto Lena  y un número de dos cifras.  Aparece en los anuncios de La Vanguardia un Lena en el número 23 de la calle que vendía reproducciones artísticas de yeso a colegios para las clases de dibujo.  






En el edificio que asoma por la derecha se aprecia una parte de la fornícula del piso principal que alberga una imagen religiosa.  La fornicula con la imagen correspondería al Colegio de San Isidro, que se encontraba en el primer piso del número 25.

La interpretación que más se ajusta a los datos es que la calle de la acera estrecha es Guardia y que la fachada de la izquierda con la acera más ancha da a Nou de la Rambla.  

En el principal del número 23 en el año 1924 hubo una clínica dermatológica, el “Instituto Dermatológico y Electrotécnico". Es posible que la placa ovalada en el balcón por encima de la tienda de Alberto Lena sea un anuncio de la clínica.



En el número 25, haciendo esquina con la calle Lancaster hace al menos 150 años que el local viene siendo ocupado por  establecimientos que  se dedican a la venta de vinos,  licores y dulces. 

Hay referencias de un Emilio Escat  que en 1867 acudió a la Exposición Internacional de Paris ofreciendo sus licores, en particular el Elixir Espartero de especial calidad. 



En 1872, la Confitería de Torras anunciaba la venta de turrones y guirlaches. 
En 1921, la Casa “Roge” comunicaba a su clientelela que en aras de conseguir el mejor café había adquirido una máquina de moler eléctrica, marca Hobart. 


Ahora la casa Torres con una bodega excepcional vende sus productos a clientes de medio mundo.  



31. Confitería Montserrat (1928-1936).


                                                                                               1928



     -Francisca Montserrat, fábrica de instrumentos de música (1930-1936). Curiosa la identidad de nombres, confitería Montserrat y fábrica de instrumentos musicales Montserrat, en el mismo edificio por los mismos años.  O igual es una diversificación de actividades por la misma empresaria.









39, 41 y 43, Almacén de Metales, Vidrios y Cristales de Enrique Cardona. Fábrica-almacén que se funda en 1901.

                     - El edificio albergó un cine en 1910: Cine Colón.

                      - Sociedad de Obreros Carreteros. Alberga la cervecería "El Progreso" (1910).

                       - Sol y Sombra. Cabaret y restaurante a principios del siglo XX.





                     - Pensión Arce  (1935-1936).





                     - N. Camprubi, agencia de varietés (1934).                   

                     - Rosarito Bruna, cancionista y bailarina (1934).


   
                         - Marujita Saez. Semi-estrella del baile español (1934).





45. Talleres Costa. A principios del siglo XX, el republicano Félix Costa instaló una imprenta en el número 45, donde anteriormente estuvo Tipografía La Publicidad que había impreso la Biblioteca Ácrata en 1895. Se editaba la Revista Blanca y títulos anarquistas. En los años veinte se llama Talleres Gráficos Costa y más tarde Impresos Costa ya bajo la dirección de Santiago Costa. Es colectivizada durante la guerra.  

        En alguno de  los pisos se encontraba una de las escuelas de la  Juventud Católica que a finales del siglo XIX fue dirigida por el Pare Manyanet




             



                                                Nou de la Rambla a la altura del Arc de Cirés. Branguli. Inmediata postguerra.